Es común creer que estudiar una carrera científica, por ejemplo Astronomía, consiste simplemente en atender clases por varios años, presentar los exámenes (y ganarlos en su mayoría) y finalmente hacer una tesis para completar los requisitos exigidos.
Si bien los que han pasado por este proceso saben que hay mucho más allá de estas tres simples cosas que constituyen el corazón de cualquier programa académico de pregrado, existe un aspecto del proceso que si no es completamente ignorado, al menos es considerado como secundario. Me refiero a la participación de las actividades de la comunidad académica del Instituto en el que uno se forma.
Cuando estas "pequeño" en la Universidad y comienzas tu carrera con el sueño de ser un gran Astrónomo, trabajando quizá en un Instituto de caracter internacional, cuando todavía conservas la esperanza de ganar quizá algún día el premio Nobel, la relación que tienes con tu disciplina se parece mucho a la que tiene uno al principio de un noviazgo o del matrimonio. Todo es bonito. Piensas que solo con trabajo duro lograrás lo que quieres. Te encantan los aspectos generales y conceptuales de lo que estudias. Asistes a cuanta conferencia divulgativa organizan y te encanta escuchar hablar a tus compañeros más avanzados o a tus profesores de las cosas que hacen; eso sí, siempre y cuando no entren en muchos detalles. Ya tendrás tiempo para eso.
Al contrario cuando estas "grande" y has "sufrido" los avatares de la academia te sientes mucho más realista. La divulgación empieza a verse como una aproximación extremadamente simplificada a lo que ahora conoces bien. A veces te aburres de las mismas explicaciones en los documentales, explicaciones que si bien no podrías repetir con la misma maestría, no traen la "sal" que sabes ellas tienen. Asistes a conferencias más avanzadas, las defensas de tesis de tus compañeros, la charla en inglés de ese profesor extranjero que explica cosas usando matemáticas y gráficos que ya entiendes.
Pero en ambos extremos se cometen errores. Los pequeños, a veces por desconocimiento o simplemente porque piensan que no se entienden, no se exponen a los seminarios y las charlas de los expertos. Siguen disfrutando de la divulgación y del sueño de que su área es divertida y sencilla. Al hacerlo lamentablemente se están perdiendo de una de las cosas más importantes que puede ofrecerles un Instituto de Investigación: una mirada real a lo que hacen los profesionales de la Astronomía. Esos seminarios a veces incomprensibles en los que no se ve una sola imagen bonita, llenos de referencias bibliográficas, en inglés, etc., esa es una muestra de lo que hacen los científicos en nuestra área.
No asistir a estas actividades, así sea por curiosidad, es perderse de una buena parte de la formación que podrían recibir de la comunidad académica de la Universidad. "Pero es que no se entiende nada". Dice el dicho en Colombia que "si no te aprendes la letra, te aprendés la musiquita". Pero más importante, si como estudiante que comienza no te ves haciendo lo mismo que ese compañero que termina su tesis o que ese astrofísico que viene de otro país para hablarle aparentemente solo a tus profesores y a los compañeros más avanzados, entonces, como reza la cuña "tu dinero puede estar en el lugar..." (terminen ustedes).
Al contrario, los estudiantes avanzados que en medio de sus ocupaciones deja a un lado las oportunidades de participar en actividades divulgativas, de las cuales hay que decir hay muchas en la ciudad de Medellín, se pierden de un contacto muy importante con lo que los atrajo en primer lugar a su carrera: las cosas bellas, simples y fáciles de entender, las imágenes, los datos sorprendentes. Como profesional y divulgador de la Astronomía y la Física les confieso que no he asistido en mi vida a una conferencia divulgativa ajena de la que no haya sacado algo que no sabía.
Adicionalmente, quienes se privan de estas actividades, se privan de ver a otros como ustedes tratando de traducir lo que conocen bien escrito en caracteres cartesianos o algebraicos, un esfuerzo que no es de poca monta y que a veces puede requerir ser tan experto como se necesita para resolver un verdadero problema científico.
Estudiar ciencias es entonces algo más que esas tres cosas básicas que mencionaba al principio. Este hecho no solo es importante de entender sino que además le puede devolver la emoción que a veces se va perdiendo cuando se estudia una carrera científica en la Universidad.
Jorge I. Zuluaga
Coordinador de Pregrado
Instituto de Física, Universidad de Antioquia